Inmensas llanuras gran parte del año inundadas, horizonte infinito moteado por miles de pájaros. Densos bosques a cuyas orillas llegan dunas de arena, vida rebosante en el océano que viene a visitarlo. La emoción por cumplir el reto de ver al lince aunque sea fugazmente. La vuelta a tiempos anteriores en los que los habitantes del lugar vivían de la naturaleza. Nuevos conocimientos, nuevas sensaciones, imborrables recuerdos, todo eso y mucho más es Doñana.
El Espacio Natural Doñana se compone de dos tipologías de parques, el Parque Natural y el Parque Nacional. No debemos confundirnos por el adjetivo que se utilice al calificarlo, de hecho muchas veces el Parque Natural es más atractivo y más rico en avifauna que el Nacional.
Existen dos zonas de visitas que se realizan en vehículos 4×4: la zona norte y la zona sur. También pueden hacer un recorrido en barco remontando el río Guadalquivir desde su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda. O si lo prefieren, hacer una excursión por sus centros de visitantes: José Antonio Valverde (Cerrado Garrido), Palacio del Acebrón, Acebuche, Fábrica de Hielo, como los más significativos.
El Parque Nacional de Doñana es un mosaico de ecosistemas que albergan una biodiversidad única en Europa. Destaca sobre todo la marisma, de extraordinaria importancia como lugar de paso, cría e invernada para miles de aves europeas y africanas. En el Parque viven especies únicas, y en serio peligro de extinción, como el águila imperial ibérica y el lince ibérico.
Un entorno único declarado Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.